La tos es una maniobra respiratoria brusca y explosiva para intentar eliminar el material presente en las vías respiratorias. Se trata de un mecanismo de defensa de nuestro organismo para proteger las vías respiratorias.
Este mecanismo consta de tres fases:
- Apertura de la glotis con inspiración
- Cierre de la glotis con contracción de los músculos respiratorios
- Y apertura brusca de la glotis con expulsión del aire retenido en los pulmones.
Los receptores de la tos se concentran especialmente en la garganta y en los puntos de ramificación más importantes de las vías respiratorias, pero también pueden encontrarse en los senos, en los canales auditivos, en el esófago, en el abdomen y en los revestimientos del corazón y de los pulmones.
La tos es un mecanismo reflejo que se puede provocar o inhibir. Se produce por estimulación de la mucosa de los bronquios, la tráquea o la laringe, ya sea por estimulación mecánica: acumulación excesiva de moco en la superficie, secreciones, partículas en suspensión (alérgenos), agentes químicos y contaminantes, pero también por situaciones de estrés, de agotamiento nervioso, por enfriamiento, por cambios bruscos de temperatura…
El reflejo de la tos provoca un impulso que empieza con la excitación de los receptores por irritantes químicos o físicos, y sube hasta llegar al diafragma y los músculos intercostales y abdominales.
Cuando tosemos con el pulmón lleno de aire, se cierran los conductos aéreos de la garganta, en la laringe; al mismo tiempo, se eleva la presión dentro del tórax y se hace un esfuerzo para extraer el aire que no puede salir, porque la glotis está cerrada.
La tos es un mecanismo de defensa de nuestro organismo. Las secreciones de la tráquea o del árbol bronquial se eliminan mediante dos mecanismos, la tos y la actividad ciliar. Estos cilios, cuando detectan que entra algo mecánico en la nariz, lo pasan al estómago que es nuestro esterilizador natural, que lo destruye por su pH tan ácido, lo esteriliza y lo elimina vía digestiva, intestino y finalmente heces. Si los cilios no son suficientes para derivar esas partículas, ya sea por déficit en el funcionamiento de éstos, o porque hay un gran número de partículas, estas pasan a la vía respiratoria, y entonces es cuando se pone en marcha el reflejo de la tos, que se origina en los receptores sensoriales aferentes situados dentro del epitelio bronquial.
Hay muchísimos tipos de tos diferentes y muchas veces no es fácil diferenciarlas. Seguramente en más de una ocasión te has acercado a tu farmacia para buscar un jarabe para la tos y te han “interrogado” con unas cuantas preguntas para saber exactamente cuál es y dar con el tratamiento adecuado, bien sea para ayudar a calmarla o al contrario, para favorecer esa reacción normal que está teniendo tu cuerpo para ayudarnos a protegernos de algo.
- Tos seca o no productiva: no produce expectoración. Es una tos en la que no se elimina mucosidad, puede ser irritativa y muy molesta. Este tipo de tos la encontramos en: laringitis, bronquitis, traqueo-bronquitis, tosferina, neumonía… y también es la tos que nos encontramos en las alergias, tos nerviosa, tos provocada por reflujo, por partículas del aire, por humo, contaminantes, olores, y como respuesta refleja por contacto en los receptores de la tos: conducto auditivo…
- Tos productiva: la que produce expectoración. Es una tos acompañada de abundante mucosidad en la garganta o en las vías respiratorias. En ocasiones al toser esa mucosidad se elimina fácilmente y en otras ocasiones cuesta que la expectoración se produzca.
- Tos psicógena o nerviosa (tics): se trata de una tos que se produce por algún tic nervioso en personas que tienden a toser antes de hablar o cuando están muy nerviosas (tos psicosomática).
- Tos crónica: más de tres semanas de duración. Cuando la tos es más o menos permanente, tiende a perpetuarse porque la expulsión violenta del aire irrita la tráquea y la laringe. La tos crónica puede ser por una enfermedad latente que supera los mecanismos de defensa.