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Que hacer para que no queden marcas de varicela

Las marcas de la varicela es la secuela más duradera de esta patología por la que la mayoría de vosotros seguro habéis pasado. Estas ampollas y sus consecuentes marcas pueden tardar días o semanas en desaparecer, ya que desde el inicio de esta enfermedad pasan por 3 fases:

  1. 1. Durante los primeros días brotan en nuestra piel bultos de color rojo o rosado con cierto volumen.
  2. 2. Estos bultos pasan a ser ampollas llenas de líquido, que poco a poco se van rompiendo y drenan.
  3. 3. Con las ampollas desaparecidas aparecen las costras que son las que dejan la llamada “marca de la varicela”.

Teniendo en cuenta el proceso, las marcas que deja la varicela no son más que pequeñas cicatrices en la piel que no podemos evitar. Es decir, no podemos hacer nada para que no queden marcas, pero lo que si podemos hacer con algún producto natural es intentar que esas cicatrices desparezcan lo antes posible:

  1. Graphites injeel de Boiron: producto homeopático muy recomendado. Basta con aplicar una ampolla donde están las marcas, entre 1 y 3 veces por semana.
  2. Calendeel de Heel: gel homeopático cicatrizante. Además, calma y refresca y lo podemos aplicar varias veces al día hasta que se absorba por completo.
  3. Aceite esencial de cedro de Pranarom: tiene propiedades cicatrizantes, tonificantes y ansisépticas.

Calmar el picor

Hemos empezado por el final porque es quizás lo que más dura, aunque no lo que más molesta, así que vamos a conocer como paliar otros síntomas de la varicela, además de las marcas.

Lo primero que deberíamos saber es que no hay un tratamiento específico para la varicela. Lo normal que se receten antihistamínicos para aliviar el síntoma, pero a la vez con efectos adversos como la irritabilidad o somnolencia. Por ello es conveniente recurrir a productos naturales que nos alivien todos los síntomas, como los incómodos picores.

Si queremos aliviar este síntoma y evitar que se produzcan más infecciones lo mejor es utilizar productos que no perjudique a nuestra salud, sino más bien que la refuercen.

Para tratar los picores, una buena opción son los productos a base de ozono a los que les podemos añadir algún aceite esencial para que la calma sea mayor:

  • Aceite de ozono de Ozoaqua con aceites vegetales ozonizados ayuda a la recuperación de la piel. La aplicación es muy sencilla, basta tener la piel seca y expandir el producto con un masaje.
  • Crema corporal de ozono de Ozoaqua, prácticamente con las mismas propiedades que el aceite, pero con aloe vera, vitamina E y glicerina. Su aplicación debe ser diaria.
  • Aceite esencial Menta Piperita de Pranarom: el complemento antiprutiginoso (antipicor) perfecto para los productos a base de ozono. Basta con echar unas gotas a la crema para potenciar el efecto calmante.

Con el cuerpo en calma y sin molestias en la piel vamos a subir las defensas para que nuestro organismo reaccione y se recupere lo antes posible:

  • Tanto para niños como para adultos un buen producto es Oscillococcinum de Boiron, medicamento homeopático que aumentará la inmunidad antivírica a la que también podemos añadir aceites esenciales:
  • Aceite esencial Niauli de Pranarom: un árbol que se encuentra en Australia con muchas propiedades, entre ellas es un antivírico, ayuda a bajar la fiebre y favorece la inmunidad. Además, se puede aplicar puro o disuelto en aceite vegetal.
  • Aceite esencial Árbol de té de Pranarom: con propiedades similares a las del Niauli nos ayudará a combatir el virus, calmar el picor y evitar que las heridas se infecten.

Durante la varicela también es importante cuidar de nuestra alimentación, debemos consumir alimentos ricos en lisina (pollo, pavo, huevo, kefir…) que impiden que se replique el virus, y frutas y verduras de temporada. Por el contrario, debemos evitar alimentos salados, picantes, ácidos, ricos en fructuosa o en grasas trans, ya que pueden provocar deshidratación. Tampoco es conveniente tomar alimentos con arginina ya que contrarrestan el poder de la lisina.

Y no nos olvidemos de que la varicela es una patología que sobre todo la padecen los niños y que es muy contagiosa, basta con tener contacto directo con el sarpullido o inhalar el virus para que se transmita. En caso de que algo así ocurra es importante tratarse cuanto antes para evitar que se expanda.