Los relajantes musculares naturales son una buena opción para tratar los síntomas del dolor muscular, una patología que se produce cuando un músculo o alguna de sus fibras se contrae de forma continuada e involuntaria, provocando que el músculo esté en constante tensión.
Normalmente el músculo se contrae y se distiende. Cuando el músculo no se relaja y sigue contraído es cuando se produce la contractura, además la zona se mantiene dura e hinchada que es lo que conocemos como “nudo”. Es ahí donde debemos aplicar el relajante muscular natural. Además de ese abultamiento también suele haber dolor y cierta limitación del movimiento, mayor cuanto más grave sea la contractura.
La contractura muscular en el trapecio es una de las más comunes. Se produce en la zona de la espalda superior y se caracteriza por producir dolor en el cuello e incluso cierta tortícolis o incapacidad para mover el cuello.
Para paliar el síntoma y relajar los músculos existen cápsulas a base de aceites esenciales que bajarán la inflamación de las articulaciones y los músculos. También hay spray, geles y cremas para el dolor muscular que aliviarán rápidamente las molestias:
A estos productos les podemos añadir aceites esenciales para potenciar su efecto. Podemos elegir entre el de Gaulteria o Romero Alcanfor, el primero un antiinflamatorio natural y el segundo un relajante muscular.
Como siempre, después de calmar los síntomas y relajar los músculos, debemos ir a la base del problema y debemos tratarla con colágenos, glucosamina, condroitina, ácido hialurónico, magnesio y antiinflamatorios naturales:
Las contracturas, en muchas ocasiones, se pueden evitar. Eso sí, será necesario tomar ciertas precauciones y tener unos hábitos saludables:
El dolor muscular normalmente es debido a situaciones prolongadas de estrés o a golpes duros de estrés. Parar soportar las situaciones de estrés podemos optar por la relajación, la meditación, el yoga... Y si no es posible o ni aun así lo logramos podemos recurrir a suplementos, infusiones, que nos ayuden a relajarnos y a descansar por la noche.
En caso de que el dolor o la molestia no desaparezca a corto plazo lo mejor es acudir a un fisioterapeuta u osteópata. Los masajes hacen que aumente el flujo sanguíneo, ayudan a la recuperación de los tejidos, relajan el músculo y reducen el dolor. Si el dolor es intenso y se prolonga en el tiempo es importante acudir a profesionales para evitar consecuencias peores.