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LA IMPORTANCIA DE LA PRESIÓN SOCIAL PARA LA COMPLETA DESAPARICIÓN DEL DIÓXIDO DE TITANIO.

El dióxido de titanio es una sustancia brillante de color blanco utilizada principalmente como colorante en una amplia gama de productos cotidianos.

El dióxido de titanio es una sustancia brillante de color blanco utilizada principalmente como colorante en una amplia gama de productos cotidianos. Tiene un uso muy habitual como blanqueante en chicles, helados, lácteos, salsas, sopas, caldos y productos de confitería.

Este componente ya fue prohibido en Francia en 2020, ante las evidencias de numerosos estudios en torno a este aditivo que apuntan a que puede causar problemas en los riñones y en el hígado bloqueando la respiración celular y provocando daño genético sistémico.

Este componente contiene metales pesados que dañan la salud, y una investigación desarrollada por expertos del Instituto Científico de Investigación Agronómica de Francia, se concluía que las nanopartículas de dióxido de titanio se extendían por el organismo atravesando la barrera intestinal, pasando al torrente sanguíneo y llegando a cualquier lugar del organismo, afectando al sistema inmunológico e incrementando el riesgo de cáncer.

Afortunadamente en España, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha estudiado de nuevo este compuesto y ya no lo considera seguro como aditivo alimentario. Por ello se ha prohibido en España, dejando que circule en los alimentos que lo tienen hasta que se agoten sus existencias ¡Sería bueno leer las etiquetas de composición de los productos para cerciorarnos de cuáles tienen este componente!

Pero… ¿Qué ocurre con los medicamentos y los suplementos dietéticos que contienen Dióxido de titanio?

El dióxido de titanio también se usa como excipiente en medicamentos y suplementos dietéticos, y se debería hacer presión social para que también desaparezcan de este sector. Por lo menos es un excipiente de obligatoria declaración, pudiendo detectarse en su etiquetado.

Este componente ha sido durante años uno de los secretos mejor guardados de la industria cosmética: las marcas de belleza y los fabricantes de productos para el cuidado de la piel llevan décadas usándolo.

Lo más alarmante es que en el mundo natural sigue habiendo laboratorios que lo utilizan, si bien la mayoría ya están reformulando sus productos sustituyendo este componente por otros como óxido de silicio. Aunque éste es menos dañino, también cabría preguntarse hasta qué punto.

En los productos cosméticos el dióxido de titanio se utiliza bien como filtro solar, o bien como pigmento blanco. En muchos protectores solares, el TiO2 está presente en pequeñas nanopartículas que están cubiertas con productos químicos protectores, y algunos científicos han descubierto que la protección solar de los bañistas libera cantidades significativas de dióxido de titanio en el mar, pudiendo dañar la vida marina.

Es muy importante concienciarnos de que este componente puede dañar la salud, siendo necesaria la presión social para que termine desapareciendo también de los medicamentos y suplementos dietéticos. Una buena manera de presionar sería dejar de consumir productos farmacéuticos que sigan conteniendo el dióxido de titanio en sus formulaciones.  

El dióxido de titanio es una sustancia brillante de color blanco utilizada principalmente como colorante en una amplia gama de productos cotidianos. Tiene un uso muy habitual como blanqueante en chicles, helados, lácteos, salsas, sopas, caldos y productos de confitería.

Este componente ya fue prohibido en Francia en 2020, ante las evidencias de numerosos estudios en torno a este aditivo que apuntan a que puede causar problemas en los riñones y en el hígado bloqueando la respiración celular y provocando daño genético sistémico.

Este componente contiene metales pesados que dañan la salud, y una investigación desarrollada por expertos del Instituto Científico de Investigación Agronómica de Francia, se concluía que las nanopartículas de dióxido de titanio se extendían por el organismo atravesando la barrera intestinal, pasando al torrente sanguíneo y llegando a cualquier lugar del organismo, afectando al sistema inmunológico e incrementando el riesgo de cáncer.

Afortunadamente en España, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha estudiado de nuevo este compuesto y ya no lo considera seguro como aditivo alimentario. Por ello se ha prohibido en España, dejando que circule en los alimentos que lo tienen hasta que se agoten sus existencias ¡Sería bueno leer las etiquetas de composición de los productos para cerciorarnos de cuáles tienen este componente!

Pero… ¿Qué ocurre con los medicamentos y los suplementos dietéticos que contienen Dióxido de titanio?

El dióxido de titanio también se usa como excipiente en medicamentos y suplementos dietéticos, y se debería hacer presión social para que también desaparezcan de este sector. Por lo menos es un excipiente de obligatoria declaración, pudiendo detectarse en su etiquetado.

Este componente ha sido durante años uno de los secretos mejor guardados de la industria cosmética: las marcas de belleza y los fabricantes de productos para el cuidado de la piel llevan décadas usándolo.

Lo más alarmante es que en el mundo natural sigue habiendo laboratorios que lo utilizan, si bien la mayoría ya están reformulando sus productos sustituyendo este componente por otros como óxido de silicio. Aunque éste es menos dañino, también cabría preguntarse hasta qué punto.

En los productos cosméticos el dióxido de titanio se utiliza bien como filtro solar, o bien como pigmento blanco. En muchos protectores solares, el TiO2 está presente en pequeñas nanopartículas que están cubiertas con productos químicos protectores, y algunos científicos han descubierto que la protección solar de los bañistas libera cantidades significativas de dióxido de titanio en el mar, pudiendo dañar la vida marina.

Es muy importante concienciarnos de que este componente puede dañar la salud, siendo necesaria la presión social para que termine desapareciendo también de los medicamentos y suplementos dietéticos. Una buena manera de presionar sería dejar de consumir productos farmacéuticos que sigan conteniendo el dióxido de titanio en sus formulaciones.