Una infección por hongos vaginales es una infección micótica que provoca irritación, flujo e intensa picazón en la vagina y la vulva, los tejidos que se encuentran en la apertura vaginal.
Una infección por hongos vaginales es una infección micótica que provoca irritación, flujo e intensa picazón en la vagina y la vulva, los tejidos que se encuentran en la apertura vaginal.
El agente infeccioso es un hongo del género Candida. Representan el 20-30% de las vaginitis infecciosas, de las cuales un 5 % presentarán episodios recurrentes que a menudo son difíciles de tratar. No se considera ITS (Infección de Transmisión Sexual), aunque la incidencia aumenta con el inicio de la actividad sexual en la segunda década de la vida, siendo el principal pico de incidencia los 20-40 años.
Los hongos del género Candida son microorganismos eucariotas unicelulares que se reproducen en ambiente aeróbico o microaeróbico por gemación, originando hifas idénticas a las células madre; su temperatura de desarrollo ideal son 37°C a diferentes pH, y se adhieren a las células epiteliales de la vagina.
Además, produce una micotoxina y tiene capacidad inmunosupresora dirigida a macrófagos y neutrófilos que altera su quimiotaxis. Se ha visto también que esta especie tiene capacidad de unión a la transferrina y fibronectina, quedando protegida así de la fagocitosis y favoreciéndose su desarrollo.
Candida tiene diferentes fenotipos según necesidad y capacidad invasiva; la forma responsable de la transmisión es el fenotipo productor de esporas, que coloniza así la vagina de manera asintomática. Cuando estas esporas germinan produciendo hifas o micelios, aparecen los síntomas.
FISIOLOGÍA DE LA VAGINA
En la vagina existe un equilibrio entre sus pobladores microscópicos; si este equilibrio se perturba, se produce una disbiosis en la que, o bien la población bacteriana residente disminuye, o bien las otras especies proliferan en exceso.
Los pobladores autóctonos de la vagina son los lactobacilos (Lactobacillus crispatus, L. iners, L. jensenii y L. gasseri), aunque también se pueden encontrar otras especies, que incluyen Gardnerella vaginalis, Mycoplasma hominis y Escherichia coli, además de una gran diversidad de géneros, como Atopobium, Prevotella, Mobiluncus, Megasphaera, Dialister, Sneathia, Streptococcus, Pseudomonas, Leptotrichia, Aerococcus, Ureaplasma y Mobiluncus. Aún no se sabe si la presencia de estos microorganismos es propia de mujeres sanas o si se trata de mujeres con una vaginosis bacteriana asintomáticas.
La vagina, además de la flora autóctona, dispone de diversos mecanismos de defensa natural:
• Anatomía específica.
• Moco cervical, que actúa como un biofilm.
• Descamación vaginal.
• Acidificación biológica del pH (4,5).
• Secreción de hormonas.
• Presencia de glucosa.
• Sistema inmunitario que defiende contra infecciones.
• Actividad biológica del lactobacilo.