En este apartado lo primero de lo que vamos a hablar es sobre el tema del etiquetado de los productos, que es muy importante en las personas con prediabetes.
Quiero recordarte que la OMS recomienda que nuestro consumo de azúcar no supere el 5% de las calorías diarias ya que un consumo superior es perjudicial para nuestra salud. Es decir, una persona que consuma entre 1500 y 2000Kcal por día no debería tomar más de 18 – 25 gramos de azúcar cada día, esto equivale a 4-5 cucharaditas o 2- 3 sobrecillos más o menos.
Pero has de pensar que el azúcar que consumes a lo largo del día no sólo será el que añadas al café, té o yogur, ya que muchos productos contienen azúcar añadido, ¡y no sólo son los refrescos, los zumos y la bollería! Podría ser el caso de algunos lácteos desnatados o cereales de desayuno.
Bajo la palabra "light", "zero", "diet" o "sin azúcares añadidos" se esconden un montón de trampas. Además de aparecer con otros nombres como: sacarosa, fructosa, lactosa, maltosa, dextrosa, galactosa, maltodextrina, miel, ágave, melaza, jarabe, sirope, caramelo, azúcar invertido, azúcar de remolacha, concentrado de zumo de frutas, néctar, almíbar…
Además hay veces que directamente pone "apto para diabéticos" cuando contiene en realidad fructosa, un azúcar que aunque se absorbe con más lentitud que la glucosa también es azúcar con lo que contiene calorías y eleva la glucemia. Los pacientes con esta patología al leer esta alegación se piensan que este producto no contiene azúcar y que pueden tomarla libremente, lo cual no es así.
Con lo que es muy muy importante saber leer bien las etiquetas y no dejarse engañar por las palabras apto para..., diet, light... Igual no contienen azucar como tal, pero contiene otros edulcorantes de todavía muchísima peor calidad que el azucar.
Recomedaciones generales
Las personas con diabetes que no requieren la administración de insulina para controlar su glucemia tampoco necesitan una medición tan exhaustiva de sus niveles de glucosa en la sangre. En la mayoría de los casos de personas con diabetes tipo 2, que es el tipo de mayor prevalencia en la población, el tratamiento para evitar la hiperglucemia y sus consecuencias puede consistir en un control más riguroso de la alimentación, así como la introducción de hábitos de vida más saludables, como la práctica de ejercicio físico.
.La alimentación debe ser siempre saludable, basada en una dieta equilibrada, con aporte de hidratos de carbono en cada comida a partir de alimentos como frutas, verduras y cereales integrales, evitando aquellos otros que sean ricos en azúcares libres, como néctares, refrescos o productos elaborados con harinas refinadas.
.Respetar los horarios de las comidas en la medida de lo posible
.Pérdida de peso
.En cuanto a la distribución de los macronutrientes, como pautas generales destacan las siguientes:
-Hidratos de carbono. Los carbohidratos son la fuente principal de energía. Su digestión genera glucosa que pasa a la sangre para ser distribuida por el organismo. Las personas con diabetes tienen problemas para hacer que las células utilicen la glucosa y evitar que los niveles de azúcar en sangre excedan los máximos saludables, por lo que deberán evitar ingerir estos nutrientes en exceso, por el riesgo de hiperglucemia. En particular, deben restringirse los azúcares simples, como los presentes en zumos y néctares, refrescos y alimentos procesados a partir de harinas refinadas. La cantidad y horario de toma de los hidratos de carbono se debe adaptar a la pauta farmacológica y a los hábitos de ejercicio físico. Según el tipo de tratamiento habrá más o menos flexibilidad en su toma.
-Proteínas. Las fuentes principales de proteínas son la carne blanca y magra, el pescado, los huevos, las legumbres y los frutos secos. Su ingesta podrá representar del 10% al 30% del aporte calórico total, tanto si son de origen animal como vegetal.
-Grasas. El porcentaje de energía procedente de la grasa se determinará en función del peso corporal, las glucemias y el perfil lipídico de cada persona. Estos lípidos deberán ser, en su mayor parte, grasas insaturadas procedentes, por ejemplo, del aceite de oliva, el pescado azul o los frutos secos, con un máximo del 10% correspondiente a grasas saturadas de origen animal, como la mantequilla y la presente en las carnes rojas, y que la ingesta de colesterol no deberá superar los 300 mg/día.
-Fibra. La fibra hace que la absorción de los azúcares sea más lenta, lo que evita que se produzcan picos de glucosa tras las comidas y que su nivel en sangre se mantenga más estable durante más tiempo, evitando así también el riesgo de hipoglucemias.
.Realización de ejercicio físico diario