Cada persona enferma por una serie de circunstancias personales, tanto emocionales como físicas y genéticas. También influye la relación personal con el entorno, el clima, la alimentación, la higiene, y el estilo de vida. A lo largo de nuestra vida, el ser humano está en contacto con otras personas y también con la naturaleza y otros seres vivos (animales, plantas, virus, bacterias, hongos, parásitos…) y con residuos químicos, radiaciones, contaminación… que pueden resultar patógenos y susceptibles de provocar enfermedades.
Es muy importante analizar el origen de mi enfermedad. Escuchar a nuestro cuerpo los pequeños mensajes que nos emite como el dolor, la inflamación, el insomnio, la ansiedad, la fiebre… En esta primera fase es más fácil ayudar a nuestro organismo a recuperarse, sino le prestamos atención y seguimos viviendo de la misma manera, nuestro sistema inmunológico se debilita y enfermaremos.
Normalmente cada persona tiene una tendencia mórbida, es decir a padecer la misma patología. Si mi “punto flaco” es la garganta, lo más probable es que cuando me bajen las defensas enferme de la garganta. Eso me permite poder anticiparme, protegerme y evitar que cronifique y avance.
Las mucosas del tracto digestivo, de la garganta, representan la superficie de contacto directo con el medio ambiente, por lo tanto estas superficies que son limítrofes tienen una especial importancia inmunológica
El estilo de vida es fundamental para la salud. Si no modifico mi estilo de vida me convertiré en un enfermo crónico. Los hábitos de vida de un paciente son decisivos para el éxito del tratamiento y para evitar su cronicidad.
Os vamos a proponer consejos para mejorar vuestra tendencia patológica a padecer anginas. En el estilo de vida hay circunstancias individuales que dependen de nosotros, como la regulación de la ansiedad y el estrés, las emociones, la nutrición y los hábitos alimentarios, el ejercicio…
- Son buenas las infusiones de flor de saúco y manzanilla (que son antisépticas, antiinflamatorias y analgésicas) con una cucharada de miel (tiene propiedades antiinflamatorias, cicatrizantes y ayuda a reparar la mucosa) y unas gotas de limón ( alcaliniza, promueve la producción de saliva y aporta vitamina C para el sistema inmune).
- Es bueno hacer gárgaras con agua de mar, por el aporte de minerales para la inmunidad, ya que el agua de mar es muy rica en oligoelementos. Quinton
- Una dieta rica en vitamina A y Beta carotenos (Huevos, zanahoria cruda, brócoli, calabaza, pimiento) ayudará a mejorar el estado de las mucosas de la garganta.
- No olvidarnos de la vitamina C para protegernos de las infecciones (cítricos, frutas…) Vitamin Voguel
- Vitamina D y E para el sistema inmunológico (pescados azules, pipas de girasol, frutos secos, aguacate, cereales integrales…).
- Evitar alimentos que irriten la mucosa: vinagre y alimentos muy ácidos y alimentos que mecánicamente irriten la mucosa al tragar: tostadas.
- La dieta sería una dieta depurativa para drenar el sistema linfático ya que las amígdalas pertenecen al sistema linfático. Una dieta detoxificante a base de frutas y verduras (apio, uvas, piña, te verde…) le van ayudar a descargar la toxicidad del sistema linfático.
- Ayudar al sistema inmunitario. Estos medicamentos potencian nuestro sistema inmune de manera natural, creando un escudo fuerte frente a patógenos.
- Para la mente: meditación, oración, yoga, control de la respiración y de las emociones.
- Suplementar si es necesario con complementos y dieta para el sistema nervioso.
- El descanso también es importante a la hora de combatir tanto las infecciones bacterianas como víricas.