Se considera sobrepeso cuando el índice de masa corporal (IMC) supera los 25 kg/m². Este exceso de grasa corporal no es solo una cuestión estética: puede afectar la salud metabólica, cardiovascular y articular, además de influir en el estado de ánimo, el descanso y la energía diaria. Abordarlo a tiempo ayuda a prevenir complicaciones a largo plazo.
Aun así, el IMC es un dato orientativo y, en muchos casos, insuficiente por sí solo. Por ejemplo, una persona con gran masa muscular puede tener un IMC elevado sin presentar exceso de grasa ni problemas de salud. Por eso, conviene valorar otros parámetros más específicos como la circunferencia abdominal, el porcentaje de grasa corporal o incluso la distribución del tejido adiposo.
Abordar el sobrepeso de forma temprana ayuda a prevenir complicaciones y mejora la calidad de vida.
Una estrategia eficaz para perder peso de forma progresiva y sostenible suele incluir tres fases:
En función de cada persona, se puede adaptar o reforzar una etapa concreta.
Antes de iniciar una dieta, puede ser útil realizar una fase de limpieza interna para ayudar al organismo a eliminar líquidos retenidos y toxinas. Esto facilita que el cuerpo responda mejor al proceso posterior de pérdida de grasa.
Algunos productos adecuados para esta etapa son:
Pranadraine, un drenante natural con cola de caballo, abedul y ortiga, ideal para reducir hinchazón y activar la eliminación de líquidos.
Arkofluido Alcachofa Forte, centrado en la función hepática y digestiva, muy útil si ha habido excesos o digestiones pesadas.
Esta fase suele durar 20-21 días.
Se considera sobrepeso cuando el índice de masa corporal (IMC) supera los 25 kg/m². Este exceso de grasa corporal no es solo una cuestión estética: puede afectar la salud metabólica, cardiovascular y articular, además de influir en el estado de ánimo, el descanso y la energía diaria. Abordarlo a tiempo ayuda a prevenir complicaciones a largo plazo.
Aun así, el IMC es un dato orientativo y, en muchos casos, insuficiente por sí solo. Por ejemplo, una persona con gran masa muscular puede tener un IMC elevado sin presentar exceso de grasa ni problemas de salud. Por eso, conviene valorar otros parámetros más específicos como la circunferencia abdominal, el porcentaje de grasa corporal o incluso la distribución del tejido adiposo.
Abordar el sobrepeso de forma temprana ayuda a prevenir complicaciones y mejora la calidad de vida.
Una estrategia eficaz para perder peso de forma progresiva y sostenible suele incluir tres fases:
En función de cada persona, se puede adaptar o reforzar una etapa concreta.
Antes de iniciar una dieta, puede ser útil realizar una fase de limpieza interna para ayudar al organismo a eliminar líquidos retenidos y toxinas. Esto facilita que el cuerpo responda mejor al proceso posterior de pérdida de grasa.
Algunos productos adecuados para esta etapa son:
Pranadraine, un drenante natural con cola de caballo, abedul y ortiga, ideal para reducir hinchazón y activar la eliminación de líquidos.
Arkofluido Alcachofa Forte, centrado en la función hepática y digestiva, muy útil si ha habido excesos o digestiones pesadas.
Esta fase suele durar 20-21 días.
Dependiendo de las necesidades de cada persona, pueden usarse:
Lipo Morosil, a base de naranja roja (Morosil®), que ayuda a reducir la grasa abdominal y mejora el metabolismo de lípidos. Muy útil si hay acumulación localizada o metabolismo lento.
Ergyslim, una fórmula drenante y depurativa con oligoelementos que apoya tanto el control de peso como la eliminación de toxinas. Ideal como continuación tras la fase détox.
HC Grass, que contiene faseolamina, un bloqueador natural de hidratos de carbono, muy útil si el exceso de peso se relaciona con picos de glucosa o una dieta rica en pan, pasta o dulces.
Sí, siempre que se elijan de forma complementaria. Por ejemplo:
Pranadraine o Arkofluido al inicio.
Luego combinar Lipo Morosil (metabolismo graso) con HC Grass (bloqueador de carbohidratos), si hay necesidad.
Ergyslim puede utilizarse como apoyo en fases intermedias o para personas que retienen líquidos durante la dieta.
Siempre es mejor consultar al farmacéutico para evitar duplicidades y elegir lo más adecuado según cada caso.
Depende del objetivo y del tipo de producto. Lo habitual es:
Fase detox: 3 semanas.
Fase metabólica o reductor: entre 1 y 3 meses.
Fase de mantenimiento: puntual o cíclica, según evolución.
La clave está en la constancia y el acompañamiento con buenos hábitos. Al final, una dieta eficaz no debería ser algo puntual antes del verano, sino parte de un cambio de estilo de vida duradero. De poco sirve hacer un esfuerzo temporal si después volvemos a los ultraprocesados, al sedentarismo o al estrés descontrolado. Lo importante es construir rutinas sostenibles que cuiden nuestra salud a largo plazo.
Por supuesto que NO. Son un apoyo complementario. Ayudan a mejorar resultados, reducir la ansiedad o modular el metabolismo, pero no pueden compensar una dieta desequilibrada o la falta de actividad física. El verdadero cambio se logra combinando todas las herramientas disponibles.
Alimentación rica en vegetales, proteínas de calidad y fibra.
Evitar azúcares simples, harinas refinadas y comida ultraprocesada.
Caminar o hacer ejercicio moderado varias veces por semana.
Dormir bien y controlar el estrés, que también influye en el peso.
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