Existen alternativas de origen natural que pueden ayudar a modular procesos inflamatorios. Algunas plantas como la cúrcuma, el jengibre o el harpagofito contienen compuestos activos con propiedades antiinflamatorias. Estas opciones pueden ser útiles en determinados casos, pero siempre deben elegirse con criterio profesional y adaptadas a cada situación concreta, por lo que no dude en consultarnos y te ayudaremos a elegir la que mas se adapte a ti.
Entre los más utilizados y estudiados destacan:
Cúrcuma (curcumina): especialmente en inflamación articular.
Jengibre: con acción sobre molestias digestivas e inflamación muscular.
Harpagofito: común en molestias osteoarticulares.
Cada uno actúa de forma diferente, y la respuesta varía según la persona y la dosis empleada. Cada persona es diferente, por lo que estaremos encantados de orientarte en tu caso concreto.
No necesariamente. Ni que algo sea natural significa que sea mas suave, ni tampoco indica que sea inocuo. Aunque su origen sea vegetal, pueden provocar efectos adversos o interacciones con medicamentos. Por ejemplo, el harpagofito puede afectar a la tensión arterial, y la cúrcuma puede interferir con anticoagulantes. Si tienes dudas, te ayudamos a elegir la planta o el complemento que mejor se adapte a ti
Existen alternativas de origen natural que pueden ayudar a modular procesos inflamatorios. Algunas plantas como la cúrcuma, el jengibre o el harpagofito contienen compuestos activos con propiedades antiinflamatorias. Estas opciones pueden ser útiles en determinados casos, pero siempre deben elegirse con criterio profesional y adaptadas a cada situación concreta, por lo que no dude en consultarnos y te ayudaremos a elegir la que mas se adapte a ti.
Entre los más utilizados y estudiados destacan:
Cúrcuma (curcumina): especialmente en inflamación articular.
Jengibre: con acción sobre molestias digestivas e inflamación muscular.
Harpagofito: común en molestias osteoarticulares.
Cada uno actúa de forma diferente, y la respuesta varía según la persona y la dosis empleada. Cada persona es diferente, por lo que estaremos encantados de orientarte en tu caso concreto.
No necesariamente. Ni que algo sea natural significa que sea mas suave, ni tampoco indica que sea inocuo. Aunque su origen sea vegetal, pueden provocar efectos adversos o interacciones con medicamentos. Por ejemplo, el harpagofito puede afectar a la tensión arterial, y la cúrcuma puede interferir con anticoagulantes. Si tienes dudas, te ayudamos a elegir la planta o el complemento que mejor se adapte a ti
El tiempo de acción depende del producto, la dosis y la forma de administración. Algunos preparados tienen efecto más rápido, sobre todo si se aplican localmente (como cremas o aceites), mientras que otros requieren días o semanas para observar resultados, como en el caso de algunos suplementos orales para las articulaciones .
En algunos casos puede hacerse, pero no es algo que se deba decidir por cuenta propia. El ibuprofeno es un AINE y muchas plantas naturales son AINEs naturales por lo que se podria decir que estariamos duplicando la dosis y a su vez los posibles efectos secundarios. Algunas combinaciones pueden aumentar el riesgo de sangrado, afectar al hígado o modificar el efecto de otros tratamientos. Lo más adecuado es valorar cada caso de forma individual con el farmacéutico o el médico.
Existen varias plantas con propiedades antiinflamatorias que se utilizan tradicionalmente para aliviar molestias articulares. Cada una actúa de forma diferente y puede ser más adecuada según el tipo de dolor, su intensidad y el perfil del paciente.
- Harpagofito (Harpagophytum procumbens): Antiinflamatorio y analgésico gracias a sus principios activos como los harpagósidos. Se usa para artrosis, dolor lumbar, molestias crónicas articulares o musculares... Suele tolerarse bien a largo plazo. Es frecuente en tratamientos naturales para articulaciones envejecidas o con desgaste.
- Cúrcuma (Curcuma longa): Modula procesos inflamatorios y tiene acción antioxidante gracias a la curcumina. Se usa en inflamación articular, procesos degenerativos, molestias crónicas. Para que sea eficaz, debe presentarse en formas que mejoren su absorción (en forma de micelios o formulaciones fitosomadas, por ejemplo).
- Boswellia (Boswellia serrata): Usado en artritis, artrosis e inflamaciónes crónicas. Sus ácidos boswélicos inhiben mediadores inflamatorios como los leucotrienos, con un mecanismo distinto al de los AINEs. Muy útil en inflamaciones articulares sin los efectos secundarios gástricos típicos de algunos medicamentos. Se emplea cada vez más en fitoterapia articular.
- Jengibre (Zingiber officinale): Para inflamación articular leve, molestias musculares, rigidez. Tiene efecto antiinflamatorio y antioxidante. Puede ayudar a reducir la rigidez y mejorar la movilidad en articulaciones. Se puede usar tanto en forma oral como tópica. Además, favorece la digestión, lo que lo hace adecuado en personas con sensibilidad gástrica.
- Sauce blanco (Salix alba): Dolor articular, fiebre, estados inflamatorios leves. Contiene salicina, precursora natural del ácido salicílico (similar al principio activo de la aspirina). Tiene efectos antiinflamatorios y analgésicos. Por su composicion, no se recomienda en personas con alergia a los salicilatos (aspirina) o en combinación con anticoagulantes sin supervisión.
Es habitual encontrar fórmulas que combinan varias plantas para potenciar su efecto de forma conjunta, logrando mejores resultados sin tener que aumentar la dosis de cada una por separado.
¿Qué es mejor: cápsulas, infusiones o cremas para tratar la inflamación?
Depende del principio activo y de la dosis necesaria. Algunas sustancias, como los curcuminoides, no se disuelven bien en agua y requieren fórmulas especiales para mejorar su absorción. En otros casos, como el jengibre o la manzanilla, pueden ser útiles en forma de infusión, aunque conviene tener en cuenta que las infusiones suelen estar más diluidas. Por lo general, los formatos orales concentrados (como cápsulas o extractos) aportan una mayor cantidad de principio activo.
Por último, el formato tópico (cremas o aceites esenciales) puede ser muy útil en molestias localizadas, ya que su efecto suele ser más rápido debido a la absorción directa a través de la piel.
La elección de la forma de administración dependerá del tipo de planta, el objetivo terapéutico y la comodidad del paciente.