Vamos a seguir unas cuantas recomendaciones en el caso de las quemaduras de primer grado.
. Lo primero de todo es evidentemente interrumpir el contacto con el agente causante
.Posteriormente y lo más rápido posible aplicar abundante agua tibia sobre la zona afectada durante, al menos, diez minutos. ¡Agua y nada más! Esto permite, por un lado, retirar los restos de aquello que está ocasionando la quemadura (en el caso de aceite caliente, producto corrosivo, etc.) y, por otro lado, enfriar la piel y evitar que la quemadura siga progresando, al disminuir la temperatura.
.El siguiente paso es aplicar una crema hidratante que hemos recomendado en el apartado natural, junto con aceites esenciales que ayuden en un primer momento a bajar la inflamación de la zona y posteriormente faciliten la cicatrización y regeneración de la piel.
.Para ayudar a regenerar la piel podemos incrementar la ingesta en omegas y probióticos específicos para regenerar la piel.
Mitos vs realidad
.La pasta de dientes es, sin duda, la solución casera para las quemaduras por excelencia. Aunque su efecto “frescor” puede aliviar el dolor y refrescar en un primer momento, es una sensación que durará poco. La pasta se quedará dura y pegada a la quemadura resecando aún más la piel, y no ayudará a disipar el calor, por lo que no se recomienda su aplicación. Ese efecto frescor lo produce la menta de la pasta de dientes que como hemos recomendado anteriormente se puede aplicar añadiendo.
.Cabe señalar que el agua muy fría o la aplicación de hielo son recursos que no están recomendados, ya que producen contracción de los vasos sanguíneos, lo que dificulta la disipación del calor y aumenta la sensación dolorosa.
.Cubrirlo con apósitos. Hay que tener cuidado porque no se puede tapar directamente la quemadura ya que se puede pegar a la herida y al despegar podemos levantar toda la piel.