El sol es fundamental para la vida, el 90% de la vitamina D la sintetizamos por exposición de nuestra piel al sol a través del colesterol que tenemos en la piel.
Tenemos que exponernos a la luz solar y debemos de exponer nuestra piel a la luz solar entre 10 y 15 minutos al día. Curiosamente España, uno de los países europeos con mayor incidencia solar, salvo la cornisa cantábrica, y a pesar de eso tenemos déficits de vitamina D.
Sabemos también que este exceso de radiación solar puede causarnos problemas, porque la radiación solar también emite radicales libres, puede provocar oxidación, daño celular, mutaciones e incluso cáncer.
Todo esto hace que nos protejamos. Siempre nos hemos protegido, nuestras generaciones anteriores se protegían del sol con gorros y sombreros, con toldos y ahora con los laboratorios debido a esta sobreexposición corporal que tenemos nos ofrecen los filtros solares.
Filtros químicos también llamados filtros orgánicos y filtros físicos también llamados filtros minerales, porque están formulados a base de óxido de zinc y dióxido de titanio. Luego existen unos filtros biológicos que no son exactamente filtros solares sino más bien antioxidantes que complementan las formulaciones químicas y físicas para potenciar este efecto fotoprotector y luego existen combinados de fórmulas físicas y químicas.
Son los que la gente cada vez demanda más, porque se pueden utilizar en niños, en pieles
atópicas y en pieles irritadas. Estos filtros físicos como os he dicho están formulados a base
de minerales óxido de zinc y dióxido de titanio.
Además la población cada vez demanda filtros que sean waterproof, es decir, que están más tiempo en contacto con la piel para que resistan nuestro sudor y también el contacto con el agua. También hay cada vez más sensibilidad social para que los filtros sean respetuosos con los mares y en especial con los corales, todo esto hace que las fórmulas vayan variando.
El mecanismo de acción de los filtros físicos es por reflexión de la luz, es decir, refleja la radiación solar para evitar que esta penetre dentro de mi cuerpo y de mi organismo. Antiguamente estos filtros estaban formulados a base de cremas que daban un aspecto muy blanquecino, cremas que formaban una capa muy gruesa encima de nuestra piel y era muy poco cosméticos, entonces el consumidor lo rechazaba. Los laboratorios se han ido adaptando a estas necesidades y han ido reformulando estos filtros físicos a costa de disminuir el tamaño de estas partículas. Hoy en día los laboratorios formulan estos filtros con partículas tan pequeñas del tamaño de nanopartículas. Estas ya no dan ese aspecto tan blanquecino y están más adaptados a nivel cosmético incluso se pueden utilizar como bases de maquillaje y se utilizan a diario.
Después de la exposición solar ya al retirar la crema en casa lo que tenemos que hacer para la eliminación del resto de filtros solares que quedan es utilizar bases de soluciones jabonosas y si es necesario con fricción ya que cuesta mucho a veces eliminarlo.
Estos filtros físicos están formulados con óxido de zinc y dióxido de titanio y el zinc son metales de transición que tienen tendencia a la bioacumulación y nuestro cuerpo le va a costar bastante eliminarlos en especial para evitar los posibles riesgos del dióxido de titanio.
Algunos de los laboratorios Bio han formado un sello ecocer en el cual lo que se garantiza es que las fórmulas no tienen partículas más pequeñas que 100 nanómetros y también se formulan en forma encapsuladas con aceites vegetales con el objetivo de evitar esa acumulación en nuestro organismo.
Son necesarios. Aun así no son suficientes para una buena protección solar. Ya que una buena protección solar tendría que ser primero una protección mecánica; utilizar sombreros, sombrillas, camisetas si vamos a estar muchas horas de exposición al sol. La naturaleza en verano nos ofrece los mejores protectores solares a través de todas las frutas y hortalizas de temporada. Frutas y hortalizas ricas e betacarotenos que son los que dan el pigmento de color anaranjado a estas frutas de temporada y ricas tambíen en licopeno, que son los que da ese color rojo al tomate, estas sustancia son potentes antioxidantes, es decir, van a favorece además de nuestro bronceado, que es nuestra mejor fotoproteccion natural, van a tener un efecto anti radicales libres, antienvejecimiento y anti todos esos problemas de la sobreexposicion solar.
En conclusión, la protección solar no es exclusiva de los filtros solares, no es suficiente, por mucho que se repita la aplicación cada 2h no es suficiente para una buena protección solar. Es imprescindible el uso de los filtros que hemos usado toda la vida ( los mecánicos) y también tenemos dudas de que sea necesaria aplicarse de manera continua protección solar.
Jaime Sanza Olaizola, Farmacéutico real de Farmacia Olaizola